Incluso hasta el día de hoy, el tema del holocausto judío es un asunto que no deja de estremecer a cualquiera, y la relación de éste con Alemania es algo imposible de evitar. El avergonzado país se ha dedicado en los últimos años a erigir una serie de monumentos y edificios dedicados el holocausto. El más importante de ellos es el Museo Judío de Berlín.
El museo muestra, a través de obras artísticas y objetos de la vida cotidiana, la historia de los judíos que viven y vivieron en Alemania durante los últimos dos mil años.
El edificio que alberga el museo está diseñado por el arquitecto polaco Daniel Libeskind y fue inaugurado en 1999.
El museo una obra plena de simbolismo, cuyas ténebres y dramáticas líneas transmiten de por sí la expresión de una dolorosa tensión, y cuya muestra ilustra de manera teatral, simbólica y lúgubre la tortuosa y siniestra historia de los judíos en Alemania.
El inmueble tiene las fachadas metálicas, ventanas con caprichosas formas y orientaciones, y la planta con forma de rayo. La idea principal que transmite el edificio es el vacío que han dejado los judíos berlineses desaparecidos durante el Holocausto.
En esencia el Museo Judío de Berlín exhibe la historia cultural y socio-política de los judíos en Alemania desde el cuarto siglo hasta el presente.
El diseño origino de la concepción de tres elementos que exigían la unión y resolución de:
1- La relación entre la historia de Berlín y la contribución intelectual, económica y cultural de los judíos.
2- La necesidad de integrar el significado tanto físico como espiritual del Holocausto en la consciencia y memoria de la ciudad de Berlín.
3- El reconocimiento e incorporación de la eliminación y falta de vida Judía en Berlín.
El Museo Judío de Berlín de Daniel Libeskind es sin lugar a dudas una de las obras más relevantes y complejas de la arquitectura contemporánea.
Tratar de encasillarla bajo algún concepto resulta siempre insuficiente y a pesar de que se habla de ella como parte del decontructivismo, me parece que cualquier encasillamiento o intento de clasificación resulta forzoso o parcial.
Un aspecto que diferencia este museo de otros es su cualidad sensorial y necesariamente tener que ser entendido mediante los sentidos, es una obra más táctil, refiriéndonos a texturas, sonidos, temperaturas; y no solamente espacial, donde se superponen una serie de capas muchas veces inexistente y que llenan de carga y contenido al edificio.
El recorrido museográfico se estructura en una sucesión de experiencias sensoriales, a lo largo de una planta quebrada y de organización relativamente lineal, y que son capaces de transmitir un mensaje de manera precisa mediante un el manejo estratégico del espacio, de la luminosidad, el eco, las texturas, el color y los elementos.
Estas experiencias que se van sucediendo superan al edificio mismo y más aún al contenido museográfico. Si viajas a Berlín no dudes en vivir esta maravillosa experiencia, el museo se encuentra en el barrio Kreuzberg en la calle Lindenstraße 9-14, 10969 Berlin, Alemania.