Canarias siempre ha sido sinónimo de sol y playa. Pero cada una de las siete islas tiene rincones maravillosos para descubrir y para disfrutar sin necesidad de perder el día tumbado en una hamaca. Hay algunos muy famosos -como los parques nacionales (Teide, Garajonay, Timanfaya…)- y otros menos conocidos pero no por eso menos recomendables.
Rincones maravillosos poco conocidos de Canarias
1. Senderos de La Gomera (La Gomera)
A diferencia de sus hermanas, en la Gomera no se ha sentido una erupción volcánica en los últimos dos millones de años, por lo que en vez de los lajiales y campos de escorias que modelan Lanzarote o El Hierro, lo que vemos son profundos cañones y barrancos tallados por la erosión del agua sobre el viejo edificio volcánico.
Hasta la invención de las carreteras los gomeros se movían por su torturada isla aprovechando multitud de caminos y sendas que se pegaban literalmente a las curvas de nivel. Esa red de caminos reales y sendas permanece aún hoy activa y en buena parte señalizada y permite unir los cuatro puntos cardinales, desde los palmerales de Valle de Gran Rey hasta las plataneras infinitas que cubren el valle de Hermigua para descubrir La Gomera más recóndita.
2. Dunas de Maspalomas (Gran Canaria)
Maspalomas es uno de los paisajes más fascinantes de todo el archipiélago. El efecto pantalla que provocan las altas cumbres de la isla de Gran Canaria provocó que el sur quedara sumido en un clima árido, casi desértico. Son las dunas de Maspalomas, un trocito del Sáhara varado en tierra canaria. Tras los procesos de glaciación que hicieron aumentar y disminuir el nivel del mar, y la posterior retirada del mar la arena quedó al descubierto y el viento la fue lanzando tierra adentro, favorecido por el clima seco del sur de la isla.
Así fue como nacieron esos grandes campos de dunas que modelan un mar de belleza inaudita, acosado de cerca por las urbanizaciones turísticas de la Playa del Inglés, sí, pero salvado afortunadamente del desastre en 1982 gracias a su declaración como Reserva Natural Especial.
3. Palmerales de Gran Canaria
Si hay un elemento iconográfico en el paisaje grancanario es la palmera. Existen 2.350 especies de palmeras en el mundo. Y una de ellas tiene carné de identidad canario. Se llama phoenix canariensis, aunque los locales prefieren llamarla sencillamente palma. Es endémica de todo el archipiélago pero crece especialmente bien en Gran Canaria.
Es una palmera solitaria, de gran tamaño, que salpica el perfil isleño como minaretes de copa foliada que vigilan el ir y venir de sus habitantes. Se la puede ver en cualquier rincón, desde las tierras fértiles del norte hasta las más áridas del sur, en el fondo de las ramblas que desembocan en el mar o cerca de las cumbres de Tejeda. Como crece bien en jardines se la exportó a medio mundo como árbol ornamental.