Hoteles de invierno: los más bonitos del mundo

Hotel W Verbier en Suiza

¿Ganas de tomarse un descanso en invierno? Les presentamos algunas excelentes opciones:

Nuestro recorrido empieza en los Alpes suizos, donde el sello W, especialista en resort de diseño, ha transformado una cabaña en medio de las montañas y la nieve en una explosión de color y vanguardia, combinado con maderas y materiales naturales que nos recuerdan donde estamos.

Su hotel en Verbier nos seduce por sus cristaleras, sus amplios espacios, sus vistazas, su chimenea y su confort: si nos descuidamos, nos quedaríamos a vivir.

Para quien prefiera desaparecer del todo, irse al otro extremo del mundo, el lugar es la Patagonia argentina. Ahí nos fijamos en Aguas Arriba, un lodge al que sólo se accede en lancha desde el lago que lo baña o andando después de una ruta de tres horas.

Tardaron 12 años en construirlo, e hicieron falta más de 2.500 viajes en lancha para llevar los materiales, que, por cierto, son básicamente maderas reutilizadas de un bosque nativo quemado de la Patagonia. Dentro, andamos descalzos y no hay cobertura. A eso le llamamos desconexión.

Bastante más lejos, Laponia es otro de nuestros destinos recomendados: en la parte sueca está Ice Hotel, un alojamiento hecho completamente de hielo y nieve, que se vuelve a construir y diseñar cada año, cuando llega el invierno.

No hay una habitación igual a otra (son obra de diseñadores que cambian cada temporada) y todas están entre a cinco y ocho grados bajo cero (ahí es nada), aunque las pieles de reno y unos sacos térmicos nos aseguran que dormiremos a gusto. Parece que estamos en otro mundo. Un retiro y un viaje que pueden convertirse en interiores.

Aunque no hace falta irse tan lejos para desaparecer del mapa: en Teruel, en la comarca del Matarraña, está el hotel Consolación: lujo y diseño rural, junto a un pueblo que no llega a los 400 habitantes (casi preferimos que el resto del mundo siga pensando que Teruel no existe, para quedarnos escondidos en esas habitaciones cúbicas frente a un bosque de pinos).

Y finalizamos nuestra ruta en las Dolomitas, en Italia, donde Lagació nos reconecta una vez más con la poderosa energía de las montañas. El corazón de la Alta Badia, a 1.500 metros sobre el nivel del mar, se vuelve el escondite perfecto.

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