Pisa, provincia de origen desconocido, con playas que reciben la caricia del Mar Tirreno, reservas naturales, sitios arqueológicos románicos y que cuenta con uno de los mejores destinos en arte medieval.
La Plaza de los Milagros, la cual presume cuatro edificaciones que mezclan el estilo bizantino, renacentista y gótico, así como por ser la casa de un icónico campanario, mejor conocido como la Torre Inclinada de Pisa, entre algunos datos de su construcción y el enigma de su creador.
Italia, cuna de la que fuera una de las civilizaciones más poderosas del mundo; país que se saborea con la mirada, se admira con el paladar, hipnotiza con insinuantes figuras en sus callejones, enamora con sus tradicionales poblados que esbozan el alma del antiguo continente y que en esta ocasión, nos maravilla con su arquitectura toscana.
La vida es algo más que una antipática rutina, existen chispazos donde podemos apreciar el colorido sonido de un amanecer, la brillantez del existir al cobijo de los primeros rayos del sol… el admirar, maravillarnos entre los matices de lo cotidiano, capacidad que se ejercita al escuchar alguna melodía estimulante, aclarar los pensamientos con las letras de ese libro que se antoja terminar, saborear de un buen vino, viajar o comenzar ese proyecto que tanto se anhela, son las arquitecturas realizadas en lo íntimo… y los milagros, existen en lo secreto, ahí, donde los valores renacen.
Diseño subjetivo de palabras trazan la introducción de esta segunda entrega sobre maravillas arquitectónicas. El destino es una provincia en la región Toscana de Italia: Pisa, que nos sorprende con su historia, edificaciones renacentistas, la elegante Piazza dei Miracoli con su Duomo, Baptisterio, Campo Santo y el emblema de esta localidad… la Torre Pendente di Pisa, que guarda en su periodo de construcción -casi 200 años- el misterio de su primer arquitecto, las complicaciones de su distintiva inclinación y algunos otros extraños datos.
Pisa… a la Toscana
Región de la Italia media, entre medievales obras arquitectónicas que debe su nombre a la civilización antigua de Etruria, los cuales fueron derrocados por los griegos en el siglo V a.C. y que cien años después cayera en el dominio del Imperio Romano. Para el siglo VI, los Longobardos implantaron el Ducado de Tuscia, Francia se apoderó de esta región en el siglo XII, en 1434 la señoría de los Médecis estabilizó la economía y en el siglo XVI cambió su título al Gran Ducado de Toscana.
En la guerra de independencia, Austria regresó estas tierras a Italia en 1850 y después del gobierno fascista de Mussolini, la Toscana se convirtió en el centro cultural del país. Actualmente, esta región cuenta con seis lugares inscritos en la lista de Patrimonios de la Humanidad por la UNESCO y uno de los más famosos, se encuentra en la localidad de Pisa.
Por su parte, los pisanos no cuentan con un origen cierto. Algunos refieren que fueron los griegos los primeros habitantes de este poblado y que nombraron Pisa a la localidad por una ciudad homónima de la antigua Grecia. Lo que sí se conoce, es que aquí nació el reconocido astrólogo, filósofo, ingeniero, matemático y físico Galileo Galilei; posee una gran tradición marítima, al tener uno de los puertos más importantes de aquella Toscana del siglo XIV y su riqueza cultural es uno de sus principales atractivos.