Shenzhen, la Nueva York de China

Shenzhen, la Nueva York de China

Shenzhen, ubicada en la frontera de China continental y Hong Kong, era un pueblo tranquilo habitado por pescadores y una población modesta de 20.000 habitantes hace cuatro décadas. Hoy en día es una enorme metrópolis con más de 15 millones de habitantes.

Ciudades de este tamaño tienden a perder su escala humana, convirtiéndose en caóticas y sin espíritu, por lo tanto se vuelve difícil vivir allí. En el desarrollo dinámico de ciudades como Shenzhen, los avances a menudo ignoran las necesidades culturales de la población dentro de un entorno económico emergente. Es especialmente cierto en casos como el de Shenzhen, en el que el desarrollo cultural no siguió el ritmo de crecimiento económico.

En Shenzhen, los lugares para el intercambio comunal o cultural se limitaron a los bares de karaoke y centros comerciales, que dejan un vacío en el ámbito de los lugares culturales más sofisticados.

El líder del distrito de Nanshan en ese momento, el alcalde Liu y varios funcionarios de Shenzhen, visitaron Budapest en 2007 y que quedaron impresionados por los estándares arquitectónicos y tecnológicos del Palacio de las Artes. A partir de entonces invitaron a Gábor Zoboki a Shenzhen para revisar la posibilidad de actuar como un consultor de diseño de interiores para el proyecto en desarrollo del Centro Cultural de Nanshan en Shenzhen.

Las discusiones en Shenzhen llevaron a un proyecto más complejo, permitiendo a los dos fundadores de Zoboki-Deméter y Asociados – arquitecto y músico clásico Gabor Zoboki, y la arquitecta Nora Deméter graduada de la Universidad de Yale y de la Universidad de California Berkeley – a participar en todo el proceso de planificación y de actuar como los diseñadores generales del proyecto en su totalidad.

El alcance del proyecto pronto llegó a incluir el diseño del centro de artes escénicas, un museo para el arte y la plaza principal que alberga el complejo de edificios. Shenzhen, la ciudad de Nueva York de China, alberga edificios de algunos de los principales arquitectos del mundo occidental.

El edificio de la Bolsa de Valores de Shenzhen, diseñado por OMA, el nuevo aeropuerto de Emilio Fuksas, un hermoso complejo de oficinas por Steven Holl que se encuentra en la orilla del mar, y la ópera de Zaha Hadid en la vecina Guangzhou, son sólo algunos de los hitos más recientes.

A pesar de que la competencia para entrar en este mercado es intensa, los arquitectos húngaros fueron capaces de ganarse el respeto de su cliente con una actitud clave: eran muy respetuosos y apasionados con respecto al proyecto.

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