Las fiestas en la calle, sesiones de samba y el caos festivo que rodea a la Copa Mundial de Fútbol 2014 en Brasil también llegarán al paraíso brasilero Fernando de Noronha, un archipiélago de 21 islas a 350km de la costa de una de las ciudades sede: Recife.
En Fernando de Noronha encontrará 250 metros de altos acantilados contra las doradas playas, fortalezas portuguesas y aguas azules donde ballenas jorobadas y delfines suelen encontrarse.
Sólo una de las islas está habitada (con sólo 5 mil habitantes). Toda la cadena está protegida como parque con poco más de 200 visitantes permitidos por día. Así es como las reglamentaciones han mantenido a Fernando de Noronha relajado, en paz junto a pequeños hoteles y carreteras pequeñas.
Con sus aguas cristalinas, su rica vida marina y espectaculares paisajes tropicales, este archipiélago es uno de los lugares más impresionantes de Brasil. Aunque Fernando de Noronha solía encontrarse bajo dominio de paquetes turísticos regulados, ahora es más sencillo que viajeros independientes lo visiten.
Aunque para ingresar a algunas islas se requiere de permisos especiales despachados por autoridades ambientales, ya que se encuentra protegido como Parque Nacional Marítimo.
La isla es muy popular entre los recién casados y por su proximidad a Natal y Recife (ciudades sede del Mundial). Pero gracias a las numerosas regulaciones e impuestos han generado un resguardo de regulaciones por las que Fernando de Noronha y sus playas todavía tienen ese aspecto desolado y casi salvaje.
Al tiempo que se disipa la espuma del oleaje, paseamos por las playas y rocas, observando magníficas chimeneas volcánicas brillantes junto a la espuma del mar. Incluso, un 70% de la isla ha sido reconocida por la Unesco como un parque marino protegido, un rico caldo de cultivo para las tortugas, atunes, tiburones y mamíferos marinos.
Es también el puesto de descanso Atlántico occidental para una gran variedad de aves marinas tropicales.
Así es como Fernando de Noronha y la contigua Atolón de las Rocas, representan los picos de un gran sistema montañoso submarino de origen volcánico, que se eleva desde el fondo del mar unos 4000 metros de profundidad.
El volcán Fernando de Noronha tiene una edad estimada de entre 1,8 millones y 12,3 millones de años. Es por ello que Fernando de Noronha es también el un lugar conocido por pertenecer a la Mata Atlántica Insular (un subtipo de la Mata Atlántica), constituyendo una costa compleja, compuesta de una serie de altos acantilados y playas, cuyas costas que dan al norte son calmas, mientras que las que dan hacia el sur-este se enfrentan a las corrientes predominantes y los vientos (son en gran parte costas rocosas con gran oleaje).
Un paraíso donde podremos observar la vida de las tortugas como así también ser testigos de las costumbres de la población de delfines de Fernando de Noronha, que suelen acercarse a las embarcaciones que recorrer la zona. Incluso, algunas personas han dado testimonio de que los delfines comienzan a realizar piruetas y acrobacias mientras saludan a la embarcación a una distancia cercana. Todo esto en la Bahía de los Delfines (Baia dos Golfinhos), donde es usual encontrar biólogos jóvenes al pie del mirador, todos los días por la madrugada, observando a través de binoculares.
También hay actividades para los más aventureros y curiosos, como el surf, buceo y el Proyecto NAVI. Éste último consiste en un observatorio bajo el agua en el archipiélago de Fernando de Noronha.
Diseñado con un estilo futurista, el NAVI promete muchas sorpresas y emociones, siendo promocionado como “una expedición oceanográfica”.
Bajo la supervisión de un instructor calificado y material descriptivo, los tripulantes del NAVI podrán observar a la naturaleza submarina de Fernando de Noronha por medio de su suelo de cristal (una gran lupa), donde se puede ver disfrutar de la vida marina sin necesidad de bucear. Verdaderamente un sitio que se destaca por su belleza paradisíaca y en una época más que conveniente para los fanáticos del deporte.
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