El turismo es concebido en la actualidad como uno de los resortes económicos más importantes en relación a los ingresos de dinero que reconocen algunos países. En diferentes sitios de todo el mundo, la actividad turística se erige como una de las más relevantes a la hora de generar recursos y por supuesto, reviste considerable importancia en términos sociales, culturales, etc. Bajo esta perspectiva, analizaremos el caso del turismo en Venezuela, y haremos algunas apreciaciones en relación a la noción de turismo fotográfico.
Desde luego que, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación presentan un escenario distinto al que las distintas ramas de la economía deben aggiornarse. El caso del turismo -dada la importancia de la imagen- no es la excepción y en ese sentido, el turismo fotográfico ha ido desarrollándose.
La imagen en la actualidad ha cobrado una importancia superlativa, y el turista de hoy al tiempo que consumidor, es productor de las mismas. Los turistas consumen imágenes en diferentes formas y en diferentes soportes y al mismo tiempo las producen y las comparten en las redes sociales. Por todo esto, no resulta descabellado aunque sea recordar, que hace unos 30 años una familia planificaba un viaje de acuerdo a recomendaciones de amigos o familiares cercanos, y hoy, lo hace en función de las imágenes que recibe en las distintas fuentes de información turística que consulta, o de igual manera, en los sitios de publicidad turística que se suceden en la web.
De esta forma, la imagen de un lugar se erige como la cara visible de cualquier publicidad, es decir, la carta de presentación de cualquier lugar turístico. Digamos, a grandes rasgos, que el turismo fotográfico es un nicho comercial pequeño pero muy potente, que permite a las agencias ahorrar tiempo y dinero y al mismo tiempo, da la posibilidad a los propios turistas de participar de la cadena comercial por medio de sus propias imágenes.
El caso de Venezuela es de lo más interesante. El país, ubicado en el cono sur de América, presenta paisajes de ensueño en los que el turismo fotográfico se ha ido desarrollando y reconoce zonas de privilegio. Por caso, vale mencionar algunos de los sitios más representativos en los cuáles el pueblo venezolano acoge al turismo del mundo, el cual al mismo tiempo se apropia de esos sectores por medio de su particular forma de interpelar el paisaje, haciendo uso de su propia mirada.
La gran sabana venezolana quizás es el sitio con mayor impronta y en el que el paisaje plantea un escenario sin igual. Al sur de Venezuela y dentro del Parque Nacional Camaina, es uno de los mayores atractivos turísticos del país. Este parque posee dos sectores muy distintivos en los que el paisaje es realmente encantador; al este, el sector oriental, denominado Gran Sabana, y al oeste, en el lado occidental, se encuentra el Salto Angel y la bella laguna de Canaima.
El mar también forma parte de una geografía que, en Venezuela, se presenta inmejorable. La Isla Coche, ubicada al sur de la Isla Margarita, es un sitio en donde el turismo internacional reconoce un paisaje de ensueño. Sin dudas, aquí también se encuentran las condiciones necesarias para un fiel surgimiento del turismo fotográfico.
De más está decir, que si llegas a Venezuela – comprando tus cámaras y accesorios aquí – no puedes dejar de visitar el Salto Para. Conocido comúnmente como “El Salto”, estamos en presencia de una travesía por la más agreste selva venezolana, y en la cual el visitante podrá fotografiar un paisaje sin igual, haciendo foco en el río más caudaloso del país, llamado Caura. El mencionado rio, es uno de los principales afluentes del conocido Orinoco y posee siete cascadas inigualables que lo tornan un paisaje bellísimo. Si bien el objetivo de la cámara fotográfica no lo tomará, también el río Caura posee un ruido tronador producto de la cantidad de agua que por allí circula, ruido que puede escucharse unos 20 minutos antes de llegar al sitio.
Por supuesto que con este nuevo escenario, han ido surgiendo propuestas innovadoras a cargo de las empresas de turismo, en las que se conjugan los bellos paisajes y la fotografía. La cultura, la naturaleza, la gastronomía, flora y fauna y demás atractivos de los distintos lugares, se complementan con los más sofisticados safaris fotográficos, en lo que representa no sólo una nueva demanda del turismo internacional sino también una nueva alternativa a cargo de las empresas vinculadas al sector.
La hermosa Venezuela, termina siendo un sitio que cumple cabalmente con todos estos requisitos.
La fotografía es de Karl Weidmann, quien amó a Venezuela apenas lo vislumbró a través de las ventanas del autobús que lo llevo de Puerto Cabello a Caracas en 1947.