Chichén Itzá, maravilla del mundo

Chichén Itzá piramide Maya en México

Chichén Itzá o “Boca del pozo”  es uno de los principales sitios arqueológicos de México y de América en general. Se encuentra en la Península de Yucatán, en el municipio de Tinum a unos 110 km al este de Mérida.

Fue la capital más importante del área Maya, a finales  del período Clásico, hacia el año 525 d.C. Su nombre deriva de las palabras mayas: Chi (boca) Che’en (pozo), “Itz” (mago o brujo) y “Ha” (agua). Cuando llegaron los españoles era el centro de culto y de peregrinación más grande de la península.

La arquitectura característica de Chichén Itzá tiene una gran influencia tolteca. De todas maneras, como ciudad o centro ceremonial pasó por diversos períodos y épocas constructivas. Los pueblos que la dominaron en distintos momentos dejaron su legado impreso en las construcciones.

La principal edificación es, sin dudas, la Pirámide de Kukulcán o el “Castillo”. Es una pirámide de cuatro lados que culmina en un templo rectangular y tiene una altura de 24 metros. Está dedicada al dios que preside el sitio según la mitología maya, Kukulkán  representación de Quetzalcóatl, dios tomado de la cultura tolteca.

En el año 2007, el templo fue  reconocido como una de las siete maravillas del mundo moderno. Cada lado de esta enorme pirámide tiene una gran escalinata, 91 escalones por lado y uno más que conduce al templo superior. En total son 365 escalones, uno por cada día del año.

En sus balaustradas se produce un fenómeno único, durante el transcurso del día equinoccial se proyectan las sombras de las aristas de las plataformas que integran el edificio configurando la imagen de la serpiente-dios (Kukulcán). Con el transcurso de las horas, ésta parece moverse en descenso hacia la tierra.

Otro de los edificios que se imponen en el predio es el Observatorio, un fiel testimonio del conocimiento que tenían los mayas sobre astronomía e ingeniería. También se lo conoce como el “caracol” por su forma circular de mayor a menor tamaño. Posee una gran variedad de ventanas alineadas, por las cuales se pueden observar diversos fenómenos astronómicos.

Por su parte el Cenote Sagrado, ubicado a unos 300 m del Templo de Kukulcán, es un emblema del poderío que esta civilización poseía, ya que el hecho de contar con este enorme pozo de agua dulce les permitía desarrollar una intensa actividad agrícola.

También estos cenotes servían como lugares de veneración al dios Chac, con ceremonias que incluían sacrificios y ofrendas de oro, obsidiana, maderas y tejidos.

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