La isla Ishigaki, maravilla natural del Japón

Isla Ishigaki - Okinawa - Playa

El coral colorido cubre el fondo del mar debajo del agua cristalina mientras nos deleitamos con un precioso ecosistema lleno de plantas tropicales y abundante naturaleza. Ese es el encanto de Ishigaki-jima, la isla principal del archipiélago Yae-yama.

Cerca de 420 kilómetros al suroeste de Naha en Okinawa, la Isla Principal de Ishigaki-jima se encuentra cubierta de montañas, incluyendo al monte Omoto-dake, elevándose 526 metros sobre el nivel del mar, el más alto en Okinawa.

El encanto de Ishigaki

El mar de arrecifes de coral es famoso en todo el mundo y hay muchos lugares marinos pintorescos en la isla, como Shiraho, que se destaca por poseer una gran variedad de corales de colores atrapantes que pueden verse cubriendo la parte inferior debajo de las aguas transparentes en Kabira Bay, donde el océano de coloración azul se dice que es el más brillante de Okinawa.

En los suburbios de la ciudad de Ishigaki se extienden vastos campos de caña de azúcar, a partir del cual la montaña toma sus exuberantes áreas verdes, donde el monte Omoto-dake se encuentra.

Allí las selvas de plantas tropicales, como manglares, son muy valiosas; como así también las palmeras Yae-yama, una especie verdaderamente única, las cuales crecen de modo salvaje solamente en las Islas de Yae-yama.

Además, usted podrá encontrarse allí con una serie de lugares de interés turístico, donde podrá relajarse y disfrutar de hermosos paisajes, como el del Observatorio Tamatorizaki y de los pintorescos cabos de Hirakubo y Ugán, accesibles mediante coche o en bicicleta.

Pero los barcos son el principal medio de transporte de Ishigaki-jima hacia las islas de los alrededores, como hacia Taketomi, Iriomote, Kuro y Kohama, contando con una oferta de salidas frecuentes y haciendo excursiones de un día todo el tiempo hacia las islas grandes.

Las playas de Ishigaki

Kabira Bay es la playa más famosa de la isla, un lugar que podría ser fácilmente confundido con Tailandia o el Caribe, con arena blanca, agua color aguamarina y acantilados rocosos de los cuales los visitantes tendrán su primera vista de la orilla.

Aunque no está permitido nadar allí (ya que se cultivan en la bahía perlas negras), hay disponibles barcos con fondo de cristal que llevan a los turistas en cortas (pero fascinantes) excursiones para espiar a los peces, almejas gigantes y un universo subacuático lleno de vida que se desarrolla en los arrecifes de coral a pocos metros de la costa.

Afortunadamente, aquellos que deseen disfrutar de las aguas, hay una multiplicidad de otras playas para elegir.

Cerca de Kabira, los buceadores pueden explorar el coral en la playa Yonehara, mientras que las familias disfrutan de las aguas poco profundas y la arena suave en la playa de Sukuji.

En la costa oeste, los surfistas aprovecharán las olas de Uganzaki.

La población de cerca de 50 mil habitantes se concentra en la ciudad de Ishigaki, un centro urbano decididamente poco atractivo en el extremo sur de la isla, que es el hogar de muchos restaurantes, bares, tiendas y hoteles; así como también de un pequeño puerto desde el que salen los transbordadores a las islas cercanas.

Pero el resto de Ishigaki es una de las maravillas naturales (con mucha razón) venerada entre los japoneses: playas vírgenes, arrecifes de coral en las aguas deslumbrantes y claras, bosques de palmeras, plantaciones de piña y las vistas tropicales que rara vez se asocian con Japón.

Así que no es de extrañar que la isla transmita un aire “relajado”, que la ha convertido en un destino cada vez más deseable para los japoneses que buscan un escape de las metrópolis más densas del país.

Pero el atractivo de Ishigaki decididamente ha convertido a muchas visitas “temporales” en estancias permanentes. Un destino natural y emocionante que merece ser considerado para visitar en sus próximas vacaciones.

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