La ciudad de Toledo es la majestuosa ciudad española llamada también “la imperial”. En cada uno de sus rincones, se levantan estructuras arquitectónicas testigos de los más grandes sucesos y conquistas, haciendo de ella, el destino perfecto para los amantes de la historia y de la arquitectura.
Un aire medieval se respira al visitar sus palacios y castillos, como el Palacio de Galiana, el Palacio de Fuensalida, o el Castillo de San Servando, a orillas del río Tajo.
Para quienes quieran deslumbrarse con imponentes edificios religiosos de estilo gótico, El Monasterio de San Juan de los Reyes y La Catedral de Santa María son el par perfecto. Y como representante del judaísmo, se alza la Sinagoga del Tránsito, de belleza descriptible y minuciosos detalles, y en ella misma se puede recorrer el Museo Sefardí.
Y si de monumento se trata, la estrella de Toledo es el Puente de Alcántara, una magnífica pieza barroca levantada por los romanos; un sitio imposible dejar de visitar. Imagínate caminar por esta gran estructura, escenario de batallas y peregrinajes de tiempos remotos.
Abundan las fiestas religiosas en esta comunidad de Castilla, así es que si optas por viajar en Semana Santa, por ejemplo, puedes encontrarte con las calles engalanadas de colores y adornos, y presenciar o participar de procesiones, cantos y rezos. También se celebran a la Virgen del Valle los primeros de mayo y a la Virgen del Sagrario en agosto.
Como ocurre en todos los aspectos en estas tierras, la cocina castellano-manchega es resultado de la mezcla de costumbres cristianas y moras, determinando como platos principales, imperdibles para los turistas, el estofado de perdiz, el estofado de cordero y las tortillas.
A solo 71 kilómetros de Madrid, Toledo promete hacerte vivir la historia a pleno: recorrerla en sus rutas y disfrutando sus paisajes que remontan al medioevo, y hasta haciéndote soñar que eres una dama o un caballero…visitando sus palacios, conventos, puentes y murallas… resultando un paseo diferente, solo para viajeros selectos.
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