Inspirados por las curvas y bucles imposibles de las montañas rusas, Heike Mutter y Ulrich Genth han ideado Tiger and Turtle – Magic Mountain, una escultura pública situada al sur de Duisburgo (Alemania). La intervención, de 21 metros de alto, 48 de ancho y 34 de largo, dispone de unos 220 metros de recorrido transitable.
La escultura se inscribe en el escenario como “una firma” de los creadores y propone tanto un objeto artístico que un mirador desde donde contemplar el paisaje natural de la cuenca del Ruhr. Con ella, los artistas han querido sugerir al visitante dos impresiones contradictories: por un lado, la sensación de velocidad (“Tiger” o tigre) inherente a la falsa montaña rusa que imita; por otro, la progresión lenta (“Turtle” o tortuga) de su verdadera naturaleza, es decir, el paso peatonal.
El proyecto parte de una iniciativa ecológica que busca “renaturalizar” la economía de Duisburgo, el mayor centro siderúrgico de Europa y sede de la empresa Thyssen-Krupp. El zinc y el acero, dos de los materiales más procesados por las fundiciones renanas, sirven aquí como elementos compositivos de Tiger and Turtle.
Para el diseño de las escaleras, los dos artistas contaron con la colaboración del arquitecto alemán Arnold Walz: mediante el uso de gráficos paramétricos generados por ordenador, ideó una estructura de placas de acero que se adaptan a las curvas que dibuja la escultura, lo que permite hacer transitable gran parte de la «montaña rusa».
Cada uno de los escalones, cortados y doblados mediante láser, han sido ensamblados sobre una estructura tubular de 33 cm de diámetro y 3 cm de espesor que vertebra la escalera. Asímismo, todas las piezas han sido sumergidas en un baño de zinc líquido a 450 grados que les confiere durabilidad frente a los agentes atmosféricos. Finalmente, una instalación led aporta iluminación durante la noche.
