La magia de Casablanca

Ciudad de Casablanca en Marruecos

Casablanca fue inmortalizada por el film de la década del ’40, a partir de ese momento fue reconocida mundialmente. Pero su historia se remonta mucho más atrás en el tiempo. Su nombre se debe precisamente a que los navegantes portugueses que llegaban a sus costas, la identificaban por  una pequeña casa blanca  situada sobre la colina de Anfa. Este es el nombre nativo original de la ciudad, que significa “colina” en lengua bereber. El nombre de Anfa fue sustituído por Casablanca, a partir de la ocupación de las tierras por parte del ejército francés en 1907.

Actualmente es la primera ciudad de Marruecos por su número de habitantes y también es el principal puerto del país, por lo cual es considerada el centro económico y comercial del país africano. Casablanca se ha convertido en una ciudad cosmopolita y muy turística.

Uno de los principales atractivos para visitar es sin dudas la Gran Mezquita Hassan II, obra de arquitectura faraónica finalizada en 1993. Es una de las más grandes del mundo, la segunda después de La Meca. Está situada sobre la playa en una explanada construida sobre superficie ganada al mar y tiene unos 200 metros de altura. Cuenta con una gran sala de oraciones para 25.000 fieles y el resto del edificio alberga a 80.000 personas. En su cima hay un rayo láser con un alcance de 30 km, que marca la dirección directa hacia La Meca. El edificio de magníficas características tiene  25 puertas de titanio y un  gigantesco techo de madera que puede abrirse completamente, dejando que el cielo se refleje en el estanque del patio. Zelliges, yesos, mármoles y  lámparas de cristal de Murano, le otorgan a este lugar un aire suntuoso inigualable.

La ciudad antigua o medina se encuentra junto al puerto, está rodeada por murallas del siglo XVI y en ella se destacan las puertas Bab Jédid y Bab Marrakech, el santuario de Sidi Kairouani y las mezquitas de Ould el Hamra y la de Dar el Makhzen. También se pueden visitar la iglesia española de San Buenaventura y la sinagoga Ettedgi.  Allí también se pueden encontrar objetos típicos para llevar un recuerdo marroquí.

Pero la vida moderna se destaca especialmente en Casablanca, por ejemplo en el barrio de Mâarif, situado hacia el oeste, se ha convertido en uno de los más renombrados, con comercios de lujo y centros de moda. En él se levantan las torres gemelas de Twin Center y es una zona segura para pasear de noche. Anfa es otro de los barrios lujosos de Casablanca, situado en la colina donde predominan las mansiones y se encuentra el  Royal Golf, un campo de juego con características únicas.

Para finalizar el día en este mágico lugar se puede visitar la cornisa de Ain-Diab, entre el faro El Hank y el morabito de Sidi Bou Abderrahmane. Es un paseo marítimo en el que abundan hoteles, restaurantes, discotecas, y es el lugar preferido por sus habitantes para divertirse y apreciar las maravillosas puestas de sol a orillas del Atlántico.

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