Auditorio y Palacio de Congresos de Murcia

Auditorio y palacio de Congresos de Murcia

Murcia es una ciudad española, capital del municipio y de la provincia homónima y de la comunidad autónoma de la Región de Murcia. El paisaje más conocido y significativo del término municipal es la antiquísima Huerta de Murcia, espacio que dominaba gran parte de la vega segureña rodeando la ciudad, pero que desde hace décadas sufre la presión de la expansión urbana que junto a la terciarización de la economía y la ausencia de políticas de conservación ha reducido notablemente su extensión.

El paisaje huertano se muestra como un inmenso mosaico de poblamiento disperso fruto de la necesidad de los habitantes de vivir junto a sus cultivos. Entorno natural caracterizado por las acequias con sus mondas y su típica vegetación de cañas y árboles de ribera, además de los árboles frutales, donde destaca el limonero en un espacio parcelario alineado de hortalizas y con la abundante presencia de la morera.

El Estudio Barozi Veiga fue el elegido para proyectar el Auditorio y Palacio de Congresos Infanta Doña Elena en Águilas de Murcia, el proyecto ha pretendido responder a las particularidades del lugar, satisfacer la necesidad de relación con el tejido urbano en crecimiento hacia el interior y conservar la expresividad del paisaje natural circundante. El estudio italo-español afincado en Barcelona ganó el primer premio del concurso internacional convocado para dotar a la ciudad de un edificio que acogiera las actividades culturales de tipo musical.

El auditorio es una tipología que ha proliferado en la arquitectura española de los últimos años, no siempre como respuesta a una necesidad puntual sino como una reflexión algo más concienzuda y abierta sobre la relación de la arquitectura con el lugar.

Lateral del Auditorio y Palacio de Congresos de Murcia
Imagen de H&T PhotoWalks

EBV materializa una reflexión dialéctica, sobria y potente entre lo artificial y lo natural. De ese modo, el proyecto se configura en función de la tensión de los espacios que lo rodean. Por un lado, hacia la ciudad (artificio) el edificio muestra una imagen ordenada, limpia; por otro, hacia el mar (naturaleza, paisaje) se comporta de manera más orgánica, para lo que curva sus superficies.

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